Casi incluido ya en el casco de la ciudad de Burgos, en la salida hacia Irún por la Nacional I y cercano a la vía del ferrocarril (antigua y desviada) “MadridHendaya”, cercano también al curso del río Vena y en terreno llano, hallamos a VILLAFRÍA DE BURGOS, a cinco kilómetros del centro de la ciudad. Castañares, Orbaneja Río Pico, Rubena, Cótar, Villayerno-Morquillas, Villímar y Burgos forman corona a su alrededor. Encontramos su nombre escrito por primera vez en el cartulario del monasterios de San Pedro de Cardeña el 27 de junio de 931 y en el año 1752 sus pobladores declararon en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada que pertenecían al abadengo del monasterios de San Pedro de Cardeña. No se aclara Pascual Madoz en su Diccionario a la hora de proporcionar datos de 1850, pues los confunde con los del otro Villafría, pero podemos deducir que contaba con 152 personas en ese año. Tenemos la seguridad de que había crecido en la segunda mitad del siglo, pues presentaba en 1900 un censo de 336 personas. Creció algo más en la difícil primera mitad del siglo XX, hasta llegar a 350 habitantes en 1950. A pesar de la cercanía de la ciudad y que se han edificado nuevas barriadas, termina el siglo con 250 habitantes. Tiene su iglesia dedicada a san Esteban, protomártir. Y es renacentista, de tres naves y capilla noble del siglo XVII, con columnas cuadradas, arcos y bóvedas estrelladas de piedra y claves decoradas, de 200 metros cuadrados y 11 de altura. Su ábside es rectangular con contrafuertes y dos escudos. La portada es renacentista, con columnas, capiteles y remate en hornacina con Virgen y dos santos de piedra; bajo pórtico renacentista con arco de medio punto con impostas y verja. Y la torre es una espadaña de dos cuerpos con remate de bolillos y frontón con cinco huecos, tres campanas y dos campanillos, a la que se le añadió una estructura cuadrada con ventanales y alero moldurado. La pila es románica, de vaso, con molduras en borde, arcos incisos y sogueado en base circular; y el retablo mayor, bueno, es barroco, de Lorenzo Rivas y Domingo Elcarreta, en 1710, con imágenes y relieves. En la capilla tiene un buen retablo clasicista. En otro barroco hay un buen Crucificado gótico del siglo XIV. Reja renacentista. Escudos. Buen conjunto. Sus libros parroquiales comienzan en 1511. Es el número 12 de antigüedad en la diócesis. Hay, además, un libro de apeos de 1502. Queda dentro del Camino francés de Santiago en una de sus variantes. Y por sus tierras pasada la calzada romana “Ab Astúrica Caesaraugustam”. Y están catalogados en su territorio un yacimiento arqueológico del Neolítico, otro del Calcolítico y otro de la Edad del Bronce. Además: dos posiblemente del Paleolítico inferior, uno posiblemente del Calcolítico o de la Edad del Bronce, uno posiblemente Medieval y uno de época sin determinar. Es la cuna de Juan de Avellaneda y Temiño, conquistador en Venezuela. Y en 1949 nace Ignacio García, residente en Australia, profesor en la Universidad Western Sydney. Escritor.