TEMPLO: MUSEO EL RETABLO (ANTIGUA PARROQUIA DE SAN ESTEBAN)
La iglesia: Al mismo pie de la ladera del Castillo nos encontramos con una de las iglesias más antiguas de la ciudad: la parroquia de San Esteban. Iniciada en tiempos de Alfonso X el Sabio, está dotada de tres naves con columnas y bóvedas góticas. Cuenta con numerosos enterramientos de familias poderosas de mercaderes. El coro es obra de Simón de Colonia y en ella trabajaron también Nicolás de Vergara y Juan de Vallejo. Los ábsides de las tres naves son poligonales con contrafuertes y ventanales. La portada es gótica, con tres arquivoltas con fustes y capiteles e imágenes de bienaventurados; la puerta es de arco rebajado y doble tímpano. Tiene, además, otra puerta también gótica lateral y otra que da entrada al claustro. La torre, con husillo y contrafuertes hasta los aleros, es rectangular, de tres cuerpos. El primero luce sobre la portada un hermoso balconcillo y sobre él un esplendoroso rosetón; tiene ventanales a media altura y ocho vanos y cuatro campanillos. Sus libros parroquiales comienzan en 1671, aunque su archivo guarda documentos hasta de 1288. Los libros anteriores desaparecieron en un incendio. En la actualidad no se celebra culto y está dedicada a Museo diocesano del Retablo.
El museo: El Museo se reparte en diferentes espacios: se comienza la visita por el Claustro y la Sala Capitular. Subiendo al primer piso, se puede acceder a la Exposición que lleva por título “En memoria mía”. A través de cuatro espacios, descubriremos la importancia de la Eucaristía para el ser y la misión de la Iglesia. En el segundo piso, nos acercaremos a un centro de interpretación del Retablo, que se inicia con un video y que cuenta con el legado de Andrés Martínez Abelanda, último retablista burgalés, que ha donado sus fondos al Museo del Retablo. El recorrido prosigue con una sala dedicada a la Virgen María y que cuenta con una amplia colección de tallas, cuadros y otros objetos. Desde aquí se accede al Coro de la iglesia, donde se visita una magnífica colección de orfebrería. Por último, la visita concluye con el templo de San Esteban que es una auténtica joya tanto en la fábrica como en los contenidos expuestos.